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Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios(A) para la destrucción de fortalezas(B); destruyendo especulaciones[a] y todo razonamiento altivo[b](C) que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo(D), y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando la obediencia de ustedes sea completa(E).

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Footnotes

  1. 2 Corintios 10:5 O refutando argumentos.
  2. 2 Corintios 10:5 Lit. toda cosa altiva.